«(…) Por eso me apena mucho ver cómo mucha gente cae en la trampa de las discusiones, los odios, los insultos, las agresiones y todas esas circunstancias anómalas que rodean al fútbol, pero que no tienen nada que ver con él. No es compatible que te gusten todas esas cosas y que te guste realmente el fútbol. Yo aprendí la lección: que la pasión por nuestros equipos y futbolistas favoritos no nos ciegue y nos aboque a la más absoluta mediocridad, por favor. «